lunes, noviembre 25

HOJAS. DIBUJOS DEL JARDÍN ANDALUZ

“Hojas. Dibujos del jardín andaluz”, exposición que inaugura el próximo sábado a las 17 en el Museo Enrique Larreta, presenta una treintena de obras de artistas contemporáneos surgidas en relación al centenario jardín andaluz, un oasis verde de casi seis mil metros cuadrados ubicado en pleno barrio de Belgrano.
Las obras exhibidas en la sala están inspiradas en el tramado verde que se percibe desde detrás de los ventanales de esta casona de estilo neocolonial, con grandes ventanales que miran hacia el frondoso verde, nada parecido al típico cubo blanco que se encuentra en los museos siglo XXI.
Los árboles, las flores, las hojas y ramas, las fuentes, los colores del otoño y la luz que según la hora del día hace cambiar las tonalidades de rojos, amarillos y verdes, fueron algunas de las temáticas que abrazaron los 23 artistas e ilustradores argentinos que exhiben en esta exposición una treintena de trabajos.
El Museo Larreta fue hace cien años la residencia del escritor argentino Enrique Larreta, quien se inspiró en la época de esplendor del Imperio Español para construir su casa en Belgrano, junto a un jardín hispano-árabe por él mismo diseñado.
El frondoso y tupido espacio responde a la concepción que tenían en mente los árabes medievales, que concibieron sus jardines como «la antítesis del desierto”: agua, plantas, tierra fértil y buen clima.
Esta naturaleza tiene una particularidad: 700 metros de boj, arbusto con el que se construyen paredes verdes, que dibujan un camino laberíntico dividiendo el jardín en sectores llamados «eras» o “setos”. Dentro de estas eras las plantas crecen como si el hombre no interviniera en su desarrollo. Este diseño es definido como una cuadrícula geométrica que enmarca un pedazo de selva virgen.
Así, las obras de estos artistas e ilustradores ofrece un abanico de diversas miradas, estilos variados, pluralidad de lenguajes y heterogeneidad de concepciones, un crisol de ideas pero todas plasmadas sobre el mismo soporte: una hoja de papel.
Como en una suerte de gabinete de curiosidades, esta selección de dibujos captura el espíritu del jardín. A través de sus hojas evidencia trazos de gran tamaño y gestos mínimos, caos y armonía, complejidades y sutilezas, surrealismo y desenfado.
A su vez, el conjunto refleja un incesante caleidoscopio de técnicas que van desde el grafito, la tinta china hasta la acuarela o birome. Dibujos, en su expresión más amplia.
La selección de artistas fue realizada por un comité integrado por la periodista Mercedes Ezquiaga y el ilustrador Istvansch, donde destacan nombres como Didi Grau, Eva Mastrogiulio, Gabriela Burin, Ignacio Valdez, Mariano Dal Verme, Mariano Grassi, Diego Bianki, Cecilia Afonso Esteves, Santiago Caruso, Pablo Picyk, Eugenia Roballos, Betina Naab, Paz Tambourrini, Noe Arata y Fernando Brizuela.
La artista Verónica Gómez (1978) realizó dos retratos de los hijos del escritor que da nombre al museo, inspirados en un gran óleo del pintor La Gándara, en donde se ve a Josefina Anchorena de Larreta con dos de sus hijos.
«Pensaba en el jardín andaluz, con su trazado geométrico, laberíntico, de boj amaestrado, que encierra en sus cubículos pedazos de vegetación caótica, como si esos sectores pugnaran por hacer estallar la grilla impuesta. Pensaba que esos niños, ahora muertos y convertidos en espectros, seguían habitando esos jardines, y que en sus apariciones, al igual que la vegetación, empujaban un poco los límites entre el mundo de los vivos y el de los muertos”, relató Gómez .
Por su parte, la ilustradora María Wernicke (1958) delinea los trazos de una serie de hojas de árboles, en diversos tamaños, que mantienen un vínculo lúdico con un pequeño personaje. “Me gustan las hojas, las plantas, los árboles. Como ilustradora, necesitaba tener una historia. Y me la inventé a partir del significado que para mí tiene el jardín del Museo Larreta. Un jardín que perdura en el tiempo. De ahí el nombre de las tres obras “Tiempo I, II, y III”. Una secuencia en la que una hoja es el punto de partida”.
El artista misionero Mauro Koliva (1977) -reconocido por sus dibujos con biromes y sus impresionantes maquetas con plastilina de colores- tituló a sus obras «Los elementos de la contrafuerza», una serie de dibujos en pequeño formato hechos con tinta china y aplicado con estilógrafos, sobre lienzo.
«De una manera indirecta estas imágenes describen un cierto estado de naturaleza que contiene a todas las cosas, incluso aquellas en las que es evidente su artificialidad. Desde ese punto de vista, los tanques de guerra, un edificio de cemento estallado o un motor a combustión ensordecedor son tan naturales como las vísceras de un animal, un árbol y su jardín o los seres deformes imaginados por Lovecraft”, dice Koliva en referencia al escritor estadounidense, autor de novelas y relatos de terror y ciencia ficción.
Sofía Wiñazki (1985) da clases de dibujo au plein air (al aire libre) desde hace un año: “Vengo observando y pintando el jardín en diferentes momentos del día. Los paisajes cambian según el clima y la hora en la que se los represente. En este caso me interesaba capturar el jardín al mediodía, ese momento del día en el que la superficie de las ligustrinas se ven amarillas, las palmeras brillan y el piso se vuelve naranja», detalla sobre su obra realizada con pastel tiza sobre papel.
El creador Maxi Ocampo Salinas (1984) participa con una serie de obras tituladas “Palabras Sopladas»: «Son dibujos que realizo con tinta y aire. Aire que sale de mis pulmones para expandir de forma involuntaria la tinta como hilos que se separan de un tejido, o una suerte de rayos alborotados que producen en la imagen una vibración que puedo controlar parcialmente», describe.
Alejandra Migoya es ilustradora científica y trabaja en la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata. En esta muestra hace gala de su especialidad con obras de botánica, hechas con lápiz grafito, “un ejemplo de ilustración científica botánica”, explica
«Son dibujos claros, precisos, definidos, respetando la arquitectura de la planta y mostrándola sin gustos personales sino objetivamente”, señala.
Además, una de sus obras está inspirada en la planta del naranjo amargo, ubicado en el jardín andaluz y que da nombre a la sala expositiva donde se verá la muestra. “Incluí ombú, ginkgo, palo borracho, dos palmeras diferentes, y varias de boj».
El artista Hernán Soriano (1978), integrante del colectivo Provisorio Permanente, presenta dos obras: una de ellas es un dibujo sobre papel celeste, que realizó al volcar lavandina sobre la hoja: «Es un homenaje a Nikola Tesla, un científico filántropo que inventó varias de las cosas que utilizamos cotidianamente, como la corriente eléctrica alterna, el motor, el control remoto y muchas cosas más», detalla.
La otra obra es «un dibujo realizado sobre film transparente y luego fotografiado: Todas las piezas remiten a formas naturales como las del rayo eléctrico, las raíces, los bazos sanguíneos, los ríos. Pareciera que esa forma ‘meandrosa’ se repite en distintas escalas y fenómenos en la naturaleza incluyendo el cuerpo de los seres humanos».
El artista José Luis Landet (1977) presenta una monocopia realizada sobre un soporte (óleo sobre tela) que constituye el fragmento de un paisaje de Colombia y explica su proceso: «Me interesa investigar sobre algunos vestigios o desechos socioculturales, por ejemplo, recuperar paisajes (de los años 40 a 70) con cierta mirada romántica, bucólica, que se dan en representaciones realizadas por pintores amateurs. Una búsqueda de cierta noción de paraíso, recrear un individuo apócrifo. Estas imágenes (pinturas) forman parte de los materiales con los que trabajo, en una deconstrucción material y conceptual», suerte de «acciones metafóricas-poéticas».
La ilustradora Gabriela Burin (1983) realizó sus obras con la técnica de collage, para «trasmitir la exuberancia de formas y texturas que hay en el jardín. Pinté papeles con acrílico, generando diferentes texturas, utilizando una paleta reducida de dos colores, verdes y violetas. Luego intervine los papeles de diferentes maneras, calando, perforando y recortando. Una vez pegados sobre el fondo, realicé el acabado final con acrílico», precisó.
“Hojas” se podrá visitar hasta el 11 de septiembre en las salas de exhibiciones temporales del Patio del Naranjo, recientemente renovadas, acceso por Juramento 2291 y Vuelta de Obligado 2155, de martes a viernes de 12 a 19 sábados, domingos y feriados de 10 a 20.

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