jueves, noviembre 21

INCENDIO EN EL HOSPITAL

Un incendio destruyó hoy un sector de archivos del hospital «Teodoro Álvarez», en el barrio porteño de Flores, sin provocar víctimas, pero obligando a la evacuación preventiva de unas 60 personas, incluidos muchos niños, informaron fuentes policiales y sanitarias.
«Nadie resultó herido», informó el director del SAME, Alberto Crescenti, y confirmó el jefe de los bomberos en el lugar, Carlos Bengoechea.
«Es fundamental llevar tranquilidad a los familiares de los pacientes que están internados en el hospital ya que no hubo ninguna víctima fatal ni herido derivado del incendio», remarcó Crescenti. Bengoechea destacó que los simulacros realizados y los planes de evacuación trazados «aceleraron los tiempos de respuesta» en esta emergencia.

La Iglesia  y  sus apóstoles
La Iglesia Reina de los Apóstoles, de Avellaneda al 2600, a la vuelta del hospital, funcionó como punto de concentración inmediato.
«Llamaron desesperados pidiendo ayuda y nosotros abrimos las puertas de la parroquia que se transformó en una sala de hospital en diez minutos», cuenta el párroco Ramón Abeijón.

Los evacuados
De la iglesia, los pacientes fueron retirados por decenas de ambulancias movilizadas. Hasta hubo un helicóptero del SAME sobrevolando la zona pero no se requirió su servicio.
El número total de evacuados no fue muy elevado porque salvo las áreas más próximas al sector incendiado, el resto del hospital siguió funcionando.
En tanto, los bebés y niños del jardín maternal del hospital fueron llevados a la vecina escuela Provincia del Chaco, Avellaneda 2547, informó una fuente del colegio.
«Los chicos están bien. Se siguieron todos los pasos del Programa de Evacuación para Mitigación de Riesgos, así que la situación está controlada», añadió la fuente.
«Los bebés recién nacidos y los niños fueron trasladados a los hospitales Elizalde y Gutiérrez, mientras que el resto de los pacientes están siendo derivados al Durand, Vélez Sarsfield, Piñero, Santojanni, Ramos Mejía y Rivadavia», añadió Crescenti.
El siniestro se declaró poco antes de las 14 y obligó en un primer momento a emplear tres dotaciones de bomberos de la Policía Federal, que luego fueron reforzadas con cinco más y un hidroelevador.

El origen del siniestro
Entre el personal del hospital circuló la sospecha de que el origen del incendio pudo ser un cortocircuito y hubo quejas sobre la «falta de inversiones» cuya responsabilidad recae en el Gobierno de la Ciudad.
«Esto era previsible. Hace tiempo que se piden reformas edilicias y no han ocurrido», dijo Guillermo Muñiz, psiquiatra y miembro de la Asociación de Médicos Municipales.  Añadió que «la semana pasada se cayó mampostería del techo», y sostuvo que hoy, «si no hubiera sido por los trabajadores del hospital, que tomaron la iniciativa de evacuar, habría pasado cualquier cosa».
La enfermera Marité Rodríguez, del área de Salud Mental, criticó que «el Gobierno de la Ciudad sólo evalúa la estética y no se preocupa en realizar las reformas edilicias de fondo que necesita el hospital, ni tampoco se preocupa de las necesidades de los trabajadores que son las necesidades de los pacientes».

Un parto Normal
“Yo estuve en el parto. Empezó el humo, nos avisaron que había un incendio, que había que evacuar, ¡y el bebé ya estaba saliendo!».
Así comienza el dramático relato de Magdalena, una experimentada enfermera del hospital porteño «Teodoro Alvarez», y así empezó, a las 13.45 de hoy, la vida del nuevo hijo de la familia Morales.
Pese al susto, el pequeño nació bien, completamente ajeno a las corridas de bomberos, enfermeras y médicos en torno suyo en la calurosa tarde porteña.
El niño, un varón de 3,700 kilos, está bien de salud, igual que su madre, y ahora disputa el récord mundial de mudanza precoz, porque nació en Flores y en media hora ya residía en Villa Luro, en el hospital Vélez Sarsfield.
«Era un parto normal. La mamá ya estaba pujando y todo siguió su curso. Ella ni se dio cuenta de lo que pasaba. Había que terminar el proceso y así se hizo», explicó Magdalena.
El relato revela un comportamiento muy profesional del personal que tuvo que afrontar la emergencia, y cuyo principal desafío era mantener la situación bajo control y evitar que el bebé respirara humo.
«Priorizamos la vida. Hubo que ser precisos, rápidos y no asustar a la mamá para que ella colaborara», comentó otra de las auxiliares de la sala de partos. «La mamá colaboró y cada uno hizo su tarea», dicen.
«Tuvimos tranquilidad para ayudar a la mamá. Cortamos el cordón, pesamos al bebé, lo envolvimos, porque a pesar del calor hay que evitar la hipotermia, se lo pusimos a la mamá encima y así, con mamá y bebé en la camilla, hicimos la evacuación», relataron entre ambas, sonrientes con inocultable y bien ganado orgullo.

Lo  que queda del Álvarez

El antiguo edificio de Juan F. Aranguren al 2700, exhibió durante un buen rato lenguas de fuego emergiendo de los techos de chapa con cabreada de madera del Pabellón D, próximo a la esquina de Condarco.
El sector tiene tres plantas y el fuego tomó la superior, de unos 40 metros por 40, con mucho material inflamable, porque allí funcionaba un archivo.
Poco antes de las 17, Bengoechea dijo que el siniestro estaba completamente controlado y calculó que la superficie quemada fue de apenas 5 a 7 por ciento del total del hospital.
Minutos después, los jefes de los equipos de emergencia evaluaban junto a la directora del hospital, Diana Galimberti, la dimensión de los daños y la eventualidad de algún apuntalamiento.
El establecimiento fue fundado como Hospital Vecinal de Flores, en enero de 1897. Este mes cumple 115 años. Su actual edificio fue inaugurado el 16 de mayo de 1901, en la calle que hoy lleva el nombre de uno de sus primeros directores, el cirujano Juan F. Aranguren. Teodoro Álvarez es el decano de los cirujanos de la Argentina.

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