Un escritor oculto rescatado, narradores jóvenes de acá y de Brasil, poesías reunidas y poetas que surgen, experimentos visuales y escritos sobre la creación sonora y una radiografía del submundo gay cordobés asoman en las librerías al finalizar el año, fuertes y distinguidas apuestas de la escena independiente argentina que aportan a la diversidad literaria con potencia y nuevas formas del lenguaje.
Uno de los estrenos de los últimos meses de este 2015 fue la publicación -por primera vez traducida al español- de «Unas pocas palabras, un pequeño refugio» (Fiordo), un puñado de ficciones breves escritas por el neoyorquino Kenneth Bernard que, nacido en 1930, es considerado por sus pares como uno de los escritores ocultos más interesantes de su generación.
Con tono ingenioso, irónico y una prosa adictiva, Bernard pone en la palestra local sus observaciones más sutiles en cuentos que son el eco deun futuro próximo y extraño en estado de enajenación y conflicto, donde sus personajes cotidianos cambian ante preguntas simples, episodios mundanos y desacuerdos fugaces, sin nunca dejar de sorprender al lector.
Una de los originales lanzamientos es «La cinta transportadora» (Mansalva) donde el músico, compositor y artista sonoro, con nueve discos editados y director del sello Metamúsica, Ulises Conti, reúne sus proyectos personales y en colaboración entre 2003 y 2013 con documentos gráficos, reflexiones, procedimientos creativos, conversaciones e imágenes.
La reunión de estos textos disparadores dan inicio a una obra poética, visual y reflexiva sobre el devenir del sonido con los aportes de Alan Pauls, Martín Oesterheld y Marcelo Cohen. «Mi intención es que este libro no se tome como un catálogo de museo ni como una recolección azarosa de mis proyectos sino como una obra misma», escribe Conti sobre este híbrido en formato libro musical que, con recortes, fotos, dibujos, entrevistas y cortos ensayos dialoga con el arte en su etapa más primigenia, la de la plenitud creadora.
Del otro lado de la frontera llega «Búfalo», del carioca Botika, la apuesta de la editorial Dakota para entrar de manera oblicua al panorama actual de la escena literaria brasileña con la impronta que le da el sello local a sus ediciones: la de rescatar e introducir al lector argentino en la obra de escritores contemporáneos y jóvenes de otras latitudes.
En esta novela arrebatadora, desbocada y despojada de solemnidad, Botika -también agitador cultural, cantante y compositor- columpia entre la violencia y la ternura con metáforas poderosas para pintar un universo de pequeños monstruos, delineados con una poética marginal fragmentaria plagada de cirugías plásticas y caos.
Además, tres ediciones alumbraron en el terreno de la poesía. «Mi juventud unida» (Mansalva) reúne la obra del poeta y editor Mariano Blatt (Buenos Aires,1983) un libro que va desde 2005 al 2014 de escritura ligera, juguetona, experimental, barrial, diferente y ácida, con pequeñas historias, brevísimas ideas y un juego constante con el lenguaje escrito.
En esta línea, la editorial cordobesa Caballo negro publicó «El hielo de la guerra» de Leticia Ressia (Buenos Aires, 1979) un libro de poesía que versa sobre la infancia, el futuro incierto, los recuerdos nítidos entre el desajuste, la furia y el desencanto.
Y Ediciones en Danza lanzó el octavo libro de poemas del periodista Reynaldo Sietecase, «El amor muerde», acerca del encuentro, la pasión, el sexo, la rutina, la ruptura y la vuelta del amor.
Por último, «La intimidad» (Mansalva) el libro del actor, director, dramaturgo y escritor Roberto Videla (Mendoza,1948) se suma a los escaparates con una historia narrada en primera persona sobre los encuentros sexuales gays en saunas y cines porno concentrados en Córdoba. Este libro aparece como una suerte de diario sexual novelado que se acopla a una arqueología de los mingitorios, escrito sin lirismo, sintético y profundo, directo y como si se contorsionara en esa constante búsqueda de algo que, al final, parece inasible.