Con mucho calor y con lluvia, la Noche de los libros se desarrolló el sábado sobre avenida Corrientes y en distintos barrios porteños, donde se dieron cita lectores, escritores, libreros, músicos y dibujantes con una serie de actividades que giraron en torno a la celebración del libro y la lectura.
La lluvia comenzó a caer llegada la noche, y obligó a suspender las actividades previstasen la calle, incluido el recital de Juana Molina, pero los eventos previstos puertas adentro se desarrollaron con normalidad, como diálogos y lecturas a cargo de Pedro Saborido, Diana Bellessi, Martín Kohan, Silvia Hopenhayn, Ernesto Mallo, Mercedes Giuffré, Alvaro Abós, Federico Andahazi y Washington Cucurto.
La noche de los libros es el nombre que este año recibe la tradicional Noche de las librerías, con motivo de haber sumado en esta nueva edición la presencia de bibliotecas públicas en toda la ciudad, alrededor de medio centenar.
Esta es la primera vez, además, que el Centro Cultural Rojas participa del evento; de hecho, fue frente al edificio de Corrientes 2038 donde se preparó el escenario finalmente desmontado para que la cantautora Juana Molina presente el show que daría inicio formal al evento y que no pudo realizarse por la tormenta, al igual que el mural colectivo contra el bulling.
Mientras la gente se acercaba tímidamente a la espera de noticias respecto a si se realizaba el recital, puertas adentro del centro cultural preparaban la muestra audiovisual «Cortázar en la Noche de los libros» y un grupo de niños seguía con atención a los cuentacuentos que dentro de hall quedaban protegidos de la fuerte tormenta desatada apenas caída la noche.
Allí, el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, encabezó un breve acto formal, del que participó asimismo el rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), a la que pertenece el Rojas, Alberto Barbieri.
Lombradi calificó a la Noche de los libros como una «fiesta de la lectura» que «a pesar de la lluvia está llevándose a cabo con una concurrencia impresionante» y aseguró que «la experiencia individual de la lectura se transforma en colectiva esta noche».
La actividad de esta jornada comenzó mucho antes, la avenida Corrientes se cortó a partir de las 15 en dos tramos que fueron desde Junín hasta avenida Callao, la cual permaneció transitable para automóviles, y desde allí hasta Paraná; una decisión que tuvo que ver con «no obstaculizar la circulación de vehículos en la ciudad», informaron desde el ministerio de Cultura porteño.
Una vez al año, las 10 cuadras de esa céntrica arteria pueden recorrerse de a pie, entrando y saliendo de las librerías, centros culturales y bibliotecas, donde se realizaron lecturas, charlas, presentaciones musicales y talleres creativos.
Tres circuitos conformaron esta Noche de los libros, al de la céntrica Corrientes se sumaron los de Palermo Viejo al norte, y San Telmo al sur, «con un total de 189 librerías donde se vivió un movimiento constante», destacaron voceros de la cartera cultural porteña, responsable de esta iniciativa.
«La ciudad de Buenos Aires es una de las ciudades que más librerías tiene en relación a la cantidad de habitantes y en esta noche las ventas se incrementan entre un 25 y un 30 por ciento», subrayaron desde esa institución.
En tanto remarcaron que «en la ciudad de Buenos Aires, de acuerdo a informes de 2011, se registran 293 librerías, de las cuales el 87 por ciento, es decir 256, son de local único que se concentran en lso barrios de San Nicolás, Recoleta, Balvanera y Palermo».
En las bibliotecas barriales el movimiento también comenzó temprano, alrededor de las 16, con actividades eclécticas que fueron desde las narraciones orales del grupo Más que palabras, en la Biblioteca Rafael Obligado, hasta el homenaje a Gilda que a media tarde ocupó la Biblioteca Antonio Devoto.
La lluvia que comenzó a caer desde las 19 desalentó las partidas callejeras de scrabble, pero no así las charlas de escritores en primera persona, las narraciones para niños, las presentaciones coros y venta de libros.