En el libro «La otra historia de Buenos Aires» Gabriel Luna repasa los primeros cien años a partir de la primera fundación de la ciudad, en 1536, y marca la lógica de la identidad porteña.
«Si no sabes a dónde vas, vuelve para saber de donde vienes… Volver no quiere decir volver para quedarse en el refugio de la nostalgia… es la dinámica que disipa nieblas y afirma los sentidos sociales e individuales», explica Luna en la introducción de su investigación novelada.
La gran meseta que pisa Pedro de Mendoza, en busca de una ruta hacia la preciada plata, es el comienzo de esta historia porteña, en un fuerte instalado por los invasores españoles que por más de cuatro décadas fueron vencidos, no por los indios, sino por el hambre y el frío.
La gobernación del despótico Pedro Esteban Dávila, en 1636, pone fin al volumen que, en el resumen y las conclusiones Luna define como historia novelada y la diferencia de la novela histórica por el hecho de que, para él, «lo importante fue recrear la historia con personajes, y no ponerle a los personajes un fondo histórico».
«la historia es la esencia de este relato, un relato que no puede ser objetivo porque el lenguaje mismo nunca es objetivo», concluye el autor.
Este porteño nacido en 1959, estudió Historia e Ingeniería en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y, tras recorrer Latinoamérica y cursar distintos talleres literarios se decidió por la escritura, con «Ensamble», «Abrapalabra» y «Away internacional» entre otras obras.