La tradicional feria “La Salada” vistió un libro de poesía alemana, cuya traducción al castellano estuvo coordinada por el poeta alemán Timo Berger y la curadora de Programación Cultural del Instituto Goethe, Carla Imbrogno, coeditado por los sellos 27 pulqui y Vox, e impreso en la Cooperativa Obrera Gráfica Campichuelo.
Se trata de “El fin de la afirmación”, una antología bilingüe que reúne a una selección de la novísima poesía alemana, y dado que los escritores son once, los integrantes del Taller de Oficios de La Salada confeccionaron una camiseta similar a la de la sección alemana de fútbol para vestir al libro, que fue diseñada por Matilde Oliveros Villamil.
El poeta alemán Léonce Lupette, cuyos poemas figuran en la antología, pero que además participó como traductor de textos de otros escritores alemantes, realizó una visita al Taller de Oficio La Salada, donde además de conocer a quiénes “vistieron” el libro, tuvo con ellos un intercambio sobre las experiencias de mundos tan diferentes como los que frecuenta cada uno, pero a la vez tan cercanos, que terminó con una lectura de poemas del libro, en castellano y alemán.
“Para todos es importante no ensimismarse, y estar en contacto permanente con lo ‘ajeno’, lo que no es nuestra cotidaneidad pero que tiene que ver al mismo tiempo, porque uno se viste y ellos hacen ropa”, destacó Lupette a Télam, al tiempo que subrayó que “fue un encuentro muy lindo, con bastante timidez de ambas partes, pero que permitió poner en contacto personas que bajo otra circuntancias no se juntan ni están en contacto”.
Sobre la iniciativa de juntar el mundo de la poesía con el del trabajo, opinó que “está buenísimo, es la idea de la literatura, de la economía, de la producción en general”, y afirmó que “esta forma de movimiento y contagio no debería ser una cuestión de una vez, sino darse mucho más”.
“Cada rumbo de producción, cada trabajo, tiende a empezar a funcionar dentro de ciertos círculos y todos tenemos rutinas: los productores de noticias, de literatura, de arte, y también los que trabajan en La Salada. Y no tenemos la idea de juntar una cosa con otra”, indicó el poeta.
Sobre su experiencia en Punta Mogote, el establecimiento ubicado en la zona de Ingeniero Budge, localidad bonaerense de Lomas de Zamora, a orillas del Riahcuelo, donde tres veces a la semana funciona la feria de ropa más grande de Latinoamérica, subrayó: “Conozco los prejuicios que hay sobre el lugar, no sabía que existía este taller de capacitación. Me encanta hablar con quienes realmente están haciendo La Salada. Es muy valioso lo que están haciendo acá”.
En cuanto a la intervención que los talleristas hicieron del libro, evaluó que “es obvio que a partir de su trabajo, la obra tiene otro significado. El libro ahora es otra cosa muy distinta, que sin la remerita que lo viste”.
“Me encantó conocer a las personas que hicieron la remera. Más allá de las rutinas, honestamente, nadie se interesa en quién trabaja, uno compra su ropa y ya, mucha gente no le interesa enterarse de los procesos que están detŕas de su obra, de quienes participan, pero para mí es lógico venir acá y escuchar cómo funciona esto, cómo trabajan, qué dicen, qué quieren hacer, que se conozca su labor. El libro ahora es otra cosa”, aseguró Lupette.
Por su parte, el encargado del Taller de Oficios, Walter Tecse Condori, manifestó su satisfacción por intervenir junto con su taller en un segundo libro, ya que a fines del año pasado, también vistieron “Piazza Navona”, del poeta platense Mario Arteca, editado por 27 pulqui y Vox.
“Afuera se dicen muchas cosas, feas, que no son. Pero cuando uno viene acá y ve la textil y cómo quienes cocurren acá ponen su parte para superarse, aprender y salir adelante, es diferente”, remarcó Tecse Condori, quien destacó que al Taller de Oficios “vienen pibes a capacitarse”,
En ese sentido, valoró la posibilidad que dan estos libros de “difundir que acá se están haciendo cosas buenas”, y afirmó que “es bueno tener la oportunidad de enseñar a la gente a que aprenda un oficio para que salga adelante”.
El taller está orientado a personas con bajas competencias laborales, con el objetivo de capacitarlas para darles un perfil en el mercado laboral o gestionar su propio microemprendimiento.
Por él ya pasaron más de 200 personas que encontraron allí un oficio de cortador, costurero, confeccionista o realizador de moldería.
Ante la necesidad de visibilizar esta tarea de inclusión de los más postergados, y para desestigmatizar a los que día a día forman parte del universo de La Salada, quienes llevan adelante el taller aceptaron la propuesta de la Fundación de la Cooperativa Obrera Gráfica Campichuelo para “vestir” libros de su sello editorial de poesía, 27 pulqui.