viernes, noviembre 22

«LAS MUJERES BLANCAS NO RECONOCEN EL LIDERAZGO DELUCHA DE LA MUJER NEGRA»

por Ana Laura Mársico

La militante y feminista afroargentina Maga Pérez consideró hoy que el movimiento feminista encarnado por las mujeres blancas «todavía no reconoce el papel fundamental de las mujeres negras» en la lucha histórica de los colectivos que lo integran y describió como «muy dura» la vida en la Ciudad de Buenos Aires para el sector social que integra.

«Estamos delante de todo porque lo que ha hecho históricamente el movimiento de las mujeres negras ha sido ‘avivar’ a la militancia blanca, la cual se ha tomado de los derechos que nosotras estábamos luchando desde la primera esclavizada para saber qué herramientas usar para luchar», aseveró Pérez.

Entrevistada por la agencia de noticias Télam, Pérez cuestionó a quienes se indignan ante casos mediáticos de violencia en el extranjero, como el ocurrido a George Floyd, quien murió por causa de la brutalidad policial en Estados Unidos, pero se mantienen indolentes ante las «soberanas palizas» que «la Policía de la Ciudad da a los afrodescendientes que trabajan» en la calle.

¿Cómo es el cotidiano de una mujer afrodescendiente y feminista en nuestra sociedad?

Para todas las mujeres la vida en la Ciudad de Buenos Aires es muy dura, pero en particular para aquellas que estamos racializadas. El racismo ha determinado de modo lamentable nuestra vida a través de la historia, a través de estigmas y prejuicios. Todo lo relacionado con nosotras requiere un gran trabajo hacia adentro de la comunidad: ser conscientes de dónde venimos y las luchas que son necesarias abordar. Para eso, la información de primera mano -cómo nos crían y cuidan nuestras familias- es muy importante. Es además una herramienta para responder al grito de «¡negra!», por ejemplo, cuando nos propinan en la calle. Nosotras tenemos que ser conscientes de que esto sucede. Lleva mucho tiempo esta lucha; dentro de la comunidad la llamamos resistencia y las mujeres negras son una parte muy importante de la resistencia afrodescendiente.

¿Qué opinión te merece el hecho de que muchos argentinos blancos se indignen ante casos mediáticos de racismo en el extranjero y no ante hechos que suceden en el país?

Los pueblos afrodescendientes e indígenas padecemos en nuestro país muchísimas cuestiones enlazadas a la violencia racista, pero no hay una sensibilidad en las personas para empatizar con ellas. Sin embargo, ante un caso vinculado con Estados Unidos u otras potencias sí hay una solidaridad instantánea. Con el caso de George Floyd, nunca se dio algo igual, y está muy bien que la gente sea consciente de lo que pasa con el racismo, pero cuando la Policía de la Ciudad da soberanas palizas a la gente afrodescendiente que trabaja la gente no dice nada. Se llena de excusas para justificar la ilegalidad que padecen personas a las cuales la Constitución Nacional les garantiza el derecho a habitar el suelo argentino.

¿Encontraste actitudes racistas dentro de los movimientos feministas?

Sí, todo el tiempo. En lo personal no es lo que más me ha sucedido, pero sí les ha pasado a otras hermanas. El movimiento feminista todavía no reconoce el papel fundamental que tienen las mujeres negras. Nosotras estamos visibilizadas, estamos en la lucha y de ninguna manera aceptamos ser las que estamos atrás de todo. Es más, estamos delante de todo porque lo que ha hecho históricamente el movimiento de las mujeres negras ha sido «avivar» a la militancia blanca, la cual se ha tomado de los derechos que nosotras estábamos luchando desde la primera esclavizada para saber qué herramientas usar para luchar. Nosotras señalamos la triple, cuádruple, quíntuple opresión que persiguen a una misma persona por ser negra, migrante, de clase baja, por tener una discapacidad o pertenecer a una diversidad. Las mujeres negras ancestralmente venimos practicando el compartir. Si no había manera de comunicarnos qué es lo pasaba, no iba a haber manera de salir adelante en las peores épocas, como durante la esclavitud. Por eso, siempre decimos que nos debemos a nuestras «ancestras», a esa comunicación oral, y no de libros. Lo que me dijo mi madre, lo que dijo la abuela, mi bisabuela y mi tatarabuela ha sido fundamental para saber de dónde venimos. Recién ahora son tiempos en los cuales las mujeres negras, con otro empoderamiento, podemos escribir nuestra propia historia, podemos valorar al 100% nuestros saberes y tener ganas de compartirlo con todo el feminismo. Todas pensamos que el movimiento feminista es bueno y que entendemos que en el movimiento de mujeres es donde vamos a encontrar realmente la lucha antirracista porque las mujeres, aun con nuestra diversidad, con nuestros encuentros y desencuentros, siempre estamos haciendo.

¿Cuáles son las luchas actuales de las mujeres negras? ¿Hay alguna demanda de reparación histórica?

Las cuestiones de demanda de reparación histórica son de toda la comunidad. Quizás ahí está el mézclum. Hay reivindicaciones que llevamos toda la comunidad en su conjunto y, después en particular, las mujeres negras porque hay temas que tienen que ver con mujeres y diversidades. Entonces ahí hablamos del tema del aborto, de la violencia de género, de las múltiples opresiones que tienen que ver con el ámbito laboral. Ahí la mujer es diferente porque el patriarcado es el patriarcado, y si tiene que elegir, elige al hombre negro y no a la mujer negra. Entonces nosotras estamos en la lucha porque esas representaciones se modifiquen. Además, con que somos los motores del movimiento y después los hombres (están) primero. El patriarcado es así. La lucha de las mujeres negras es de las mujeres negras. No andamos haciendo preguntas a ver qué le pasa a la comunidad de los varones o si están de acuerdo o no. Nosotras, en este sentido, sabemos lo que queremos y entendemos al feminismo como bastión que irradia una política antirracista. En realidad, estamos luchando por mucho más. Ese también es el punto de nuestra inserción en el movimiento, que no es un movimiento que nos ha pedido que vayamos, es un movimiento en el cual entramos y al cual muchísimas hermanas siguen prefiriendo no incorporarse y están en una columna específica solamente de mujeres negras. En mi caso, yo creo que tenemos que mixturar el movimiento y tenemos que meternos en todos lados porque creo que esa va a ser la riqueza y la comprensión que podemos tener todas de todas. Si no hay un compartir, es difícil transmitir, sensibilizar y empatizar a las personas sobre nuestra lucha. Después, como siempre, hay grupos dentro del feminismo que son muy fundamentalistas -por llamarlo de alguna manera-, que tienen una reacción por la cual tratan de mantener de alguna manera sus privilegios, no dejando que otros grupos tomen carrera o poniendo requisitos donde realmente no tienen que haber porque el movimiento feminista es un movimiento de lucha más que académico. Sin embargo, parece que si no tenés dos o tres títulos (académicos), no te podes sentar en un panel, así tengas la experiencia de vida. Desde la perspectiva de las mujeres negras, todas las mujeres son valiosas y, por supuesto, tienen algo que decir. Todas tenemos algo que decir.

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