El miércoles 19 de marzo se inaugura en la Casa del Bicentenario «Una Casa. La Casa. Lo doméstico deviene territorios». Esta exhibición despliega una vasta colección artística, con el objetivo de invitar a repensar la relación entre lo privado y lo público en el ámbito del arte. Curada por Analía Solomonoff, la muestra ofrece una experiencia visual única mediante 200 obras que abarcan diversas disciplinas, desde la pintura y escultura hasta la instalación y la fotografía.
Esta exhibición se presenta como un cruce de caminos en el que se entrelazan territorios emocionales y físicos. En el corazón del proyecto está la Colección Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez, cuidadosamente compuesta entre 2013 y 2024. La colección no solo representa un acervo artístico, sino que también encarna un compromiso con la diversidad cultural de las provincias argentinas. A través de sus viajes, Guaglianone y Rodríguez han buscado conocer y apoyar a artistas de localidades tan diversas como Chaco, Chubut, Mendoza y Tucumán, convirtiendo esta exhibición en un verdadero testimonio de la riqueza cultural del país.
«Una Casa. La Casa» se convierte, entonces, en un espacio donde las prácticas artísticas dialogan con el territorio. Las obras que se presentan surgen de un proceso de investigación y conexión con las realidades provinciales. Aquí, el arte, además de una manifestación estética, se convierte también en un vehículo para la reflexión sobre las identidades culturales y las tensiones entre las diferentes comunas de Argentina. Cada pieza, ya sea un lienzo vibrante o una escultura introspectiva, cuenta la historia de sus creadores, quienes han hilado sus deseos, emociones y creencias en un discurso visual que resuena en el espectador, donde se percibe la intención de crear un nuevo territorio de diálogo.
Las obras no están dispuestas arbitrariamente; cada una fue seleccionada y colocada con un propósito, intentando resonar entre sí y generar una conversación que trasciende las fronteras del espacio físico. Este enfoque curatorial invita a los visitantes a no solo observar, sino a interactuar con el arte y cuestionar su propia relación con lo doméstico.
La noción de «territorio» se redefine en esta muestra, donde el hogar se transforma en un concepto más amplio. El espacio doméstico, tradicionalmente asociado a lo privado, se expande para abarcar un territorio público que invita a la comunidad a entrar y reflexionar sobre sus propias realidades. A través de los ojos de los 120 artistas que componen la colección, cada visitante puede encontrar una parte de sí mismo reflejada en las obras expuestas. Esta es la verdadera esencia de la exhibición: la capacidad de crear un lazo emocional que une a la comunidad artística con el público en general.
«Una Casa. La Casa» se posiciona como una respuesta a la necesidad de visibilizar y dar voz a los artistas que operan fuera de la capital, quienes a menudo quedan relegados en el sistema artístico centralizado. Al presentar esta constelación de obras en un espacio público, se está abriendo una puerta hacia el reconocimiento y la inclusión de voces diversas que enriquecen el panorama artístico nacional.
La exhibición estará abierta hasta el 8 de junio, invitando a todos a descubrir y experimentar este nuevo diálogo que se gesta entre lo doméstico y lo público. «Una Casa. La Casa» se erige como un espacio de reflexión, un lugar donde las realidades se resignifican y se entrelazan en un tejido de experiencias compartidas.
Al concluir la visita, cada espectador no solo habrá sido testigo de una serie de obras bellas y provocativas, sino que saldrá con una nueva comprensión de lo que significa habitar un territorio, porque «Una Casa. La Casa» les permite recordar que el arte puede ser un puente hacia la empatía, un lugar donde nuestras historias se entrelazan y nos unimos en nuestra diversidad. Al final de cuentas, en la fusión de lo doméstico y lo público, encontramos un territorio común, un hogar compartido en el vasto paisaje de la creación artística.