El miércoles pasado, dos lamentables episodios sacudieron la escena política argentina, poniendo de relieve las duras realidades enfrentadas por los jubilados y la respuesta represiva a las protestas. Estos eventos, protagonizados por expresiones de la ultraderecha, subrayan un preocupante giro en las políticas sociales y de seguridad en el país.
Uno de los focos de indignación ha sido la respuesta del PAMI frente a las preocupaciones planteadas por organizaciones de jubilados. Las recientes disposiciones de la obra social han impactado severamente en el acceso a medicamentos y otros servicios esenciales para los pensionados. Esta situación refleja un desdén preocupante hacia los derechos y la calidad de vida de quienes más necesitan apoyo.
En paralelo, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, bajo el mando de Diego Kravetz, fue acusada de una actitud represiva hacia manifestantes jubilados. Kravetz, conocido por sus declaraciones polémicas, ha defendido políticas que reflejan una visión despectiva hacia los más vulnerables. Esta postura se ve reflejada en su historial previo, incluyendo acciones controvertidas durante su gestión en Lanús.
Para la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de JUbilad@s y Pensionad@s estos eventos no son meras coincidencias, sino ejemplos de una ideología que prioriza el ajuste económico sobre el bienestar social y la represión sobre el diálogo democrático. «La ultraderecha argentina parece comprometida en perpetuar un ciclo de desigualdad y exclusión, utilizando cualquier oportunidad para manifestar su desprecio hacia los trabajadores y los sectores más vulnerables de la sociedad», apuntan desde esta organización, que frente a esta realidad tan dolorosa como evidente, hacen un llamado a la unidad y solidaridad con todas las luchas.
«Es crucial promover la unidad entre la clase trabajadora y todos aquellos comprometidos con la justicia social», señalan y agregan que es imperativo derrotar los proyectos de la ultraderecha que amenazan con socavar los avances hacia una sociedad más justa y democrática.
«Esto implica no solo resistir, sino también proponer iniciativas políticas que promuevan un cambio real y tangible, construido desde y para los trabajadores», aseveran.
En resumen, los recientes acontecimientos en Argentina son un llamado urgente a la acción y la solidaridad. Superar las crueldades de la ultraderecha requiere no solo indignación, sino también organización y compromiso con un futuro más equitativo y humano para todos.