En su comunicado semanal, la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados de Argentina, considera que la actual situación que atraviesa la clase trabajadora en nuestro país es, sin duda, una de las más preocupantes de los últimos tiempos. «El Gobierno nacional, con su carácter marcadamente antipopular, se ha convertido en un verdadero enemigo de los trabajadores y jubilados, con políticas que cada día se hacen más evidentes y que condenan a millones de argentinos a una vida de precariedad y miseria».
Tras estas aseveraciones, analizan con detenimiento algunas de las decisiones y propuestas más alarmantes de parte de la administración del gobierno nacional, así como la necesidad imperante de una respuesta unificada de la clase trabajadora.
La situación de l@s jubilad@s
Desde que asumió la presidencia, Javier Milei, viene implementando ajustes que afectan directamente a las y los jubilados. «En lugar de garantizar un haber digno, se limita a ofrecer aumentos que, aunque puedan parecer positivos en términos porcentuales, son completamente insuficientes frente a la escalada inflacionaria del país», sostienen y consideran que «un aumento porcentual sobre un ingreso ya por debajo de la línea de la indigencia no es más que una burla y una forma de perpetuar la pobreza en la vejez».
«El Gobierno ha optado por utilizar el índice inflacionario de cada mes como base para la actualización de los haberes, en lugar de abordar la raíz del problema: la necesidad de crear un sistema previsional fuerte y sustentable que garantice ingresos dignos para todos l@s jubilad@s. Lo que está en juego es la dignidad de quienes trabajaron toda su vida y que, tras décadas de esfuerzo, se ven forzados a vivir en condiciones miserables», afirman.
Privatización del sistema previsional
Una de las propuestas más alarmantes de este gobierno es su intención de destruir el sistema previsional público. «Bajo el disfraz de ‘modernización’, Milei busca convertir las jubilaciones en meros ‘subsidios a la vejez’, debilitando el sistema de reparto intergeneracional y promoviendo una privatización que solo beneficiará a un pequeño sector económico», aseguran y consideran que «esta agenda es una repetición de políticas que ya fracasaron en décadas pasadas, como las vividas entre los años 90 y 2007».
La propuesta de los ‘tickets canasta’ es un claro ejemplo de este retroceso. Al tratarse de sumas no remunerativas, no solo se evita que estos montos aporten al sistema previsional, sino que también representan una pérdida significativa del poder adquisitivo del trabajador activo, ya que se desplaza el salario hacia un formato que no permite su libre disposición. «Esta pretensión de ‘libertad’ es, en realidad, una forma de control que limitará aún más las elecciones y derechos de los trabajadores», aseguran.
Salario mínimo: Una vergonzosa realidad
«El establecimiento del Salario Mínimo, Vital y Móvil bajo la línea de indigencia es otra de las decisiones que evidencian el desprecio del gobierno hacia la clase trabajadora», manifiestan y aseguran que «la medida, impulsada en conjunto con sectores patronales, refleja un alineamiento claro con los intereses del poder económico concentrado, tanto nacional como transnacional».
«De esta manera, el Gobierno no solo perpetúa la pobreza, sino que también siente un daño profundo en la humanidad de millones de ciudadanos que luchan a diario por salir adelante», concluyen.
En este sentido, consideran crucial señalar que la crisis no solo proviene del gobierno. «La gran mayoría de la oposición, autodenominada ‘dialoguista’, se ha mostrado sumisa y complaciente, apoyando políticas que deberían ser impugnadas. En lugar de defender a la clase trabajadora, han optado por justificar y facilitar la implementación de estas crueles medidas. Sin embargo, no debemos caer en la trampa de pensar que no hay alternativa».
«Ante este desolador panorama, la capacidad de respuesta de la clase trabajadora será esencial para enfrentar estas políticas anti-obreras», destaca la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados. Poniendo especial énfasis en la importancia de la auto convocatoria de las organizaciones gremiales, sindicales, sociales y políticas, dado que únicamente a través de la unidad y la lucha colectiva se podrá detener el avance de las políticas que conducen a la miseria.
«La historia ya ha demostrado que la lucha individual es impotente frente a las grandes corrientes políticas que buscan despojarnos de nuestros derechos. Es a través de la unidad y la organización que podremos construir un futuro más justo y digno para todos», auguran.