sábado, noviembre 23

MUJER Y POBREZA

Ser mujer y tener un trabajo informal aumenta fuertemente la posibilidad de ser pobre señala un estudio realizado en más de 5200 hogares de todo el país mediante el Programa de Investigación Regional Comparativa (PIRC), Proyecto que analiza las causas estructurales que facilitan la reproducción intergeneracional de la pobreza según determinadas variables, como clase social, género, etnia, formalidad e informalidad del trabajo y región de residencia.

Ser mujer eleva 65% la posibilidad de ser pobre. Mientras que el trabajo informal incrementa esta posibilidad en un 92%. Increíblemente, el hogar de nacimiento, el género y el color de piel tienen un peso determinante en la vida de las personas. La posición social al momento del nacimiento es determinante en la probabilidad de vivir en un hogar pobre, al igual que el género asignado al nacer y el color de piel.

Sin embargo, como lo fue desde siempre, la clase social es el principal factor de desigualdad. La clase obrera no calificada y calificada es el segmento más asociado a la pobreza. Esta desigualdad se cruza con otros factores como el género y el origen étnico, aumentando aún más las inequidades.

Mujeres y personas de origen étnico afrodescendiente o indígena tienen más posibilidades de ser pobres. Si las mujeres blancas tienen un 65% más de posibilidades de experimentar pobreza que los varones, en el caso de personas afrodescendientes o indígenas este porcentaje alcanza el 170%

Otro factor que aumenta la propensión a la pobreza es el trabajo informal. La zona de residencia también aumenta esta probabilidad. La población que vive en el conurbano bonaerense, Cuyo, NOA y sobre todo el NEA vive en mayores condiciones de pobreza que aquellas que residen en la patagónica, centro y pampeana, aunque éstas últimas sufren las consecuencias del desarrollo desigual en el país en materia de servicios públicos, por ejemplo.

Alcanzar un título universitario disminuye un 73% las posibilidades de ser pobre. Pese a la precariedad laboral de docentes y científicos, la educación y el título universitario sigue siendo un mecanismo de ascenso social en Argentina. Con lo que tenemos que la movilidad social ascendente en nuestro país es de tramos cortos

En las mujeres, la pobreza y la riqueza están fuertemente asociadas a la estructura social. El Estado omite la perspectiva de género al cuantificar la pobreza, por lo que las políticas públicas para palear esta problemática son inexistentes. A esto se suma el hecho de que las medidas financieras tampoco consideran la feminización de la pobreza ni las diferencias salariales entre hombres y mujeres.

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