Las mujeres enfrentan mayores niveles de informalidad y desocupación con brechas de género de entre 20 y casi 30 puntos porcentual en lo que respecta a la participación en el mercado laboral y sobre los ingresos que perciben respecto de los varones.
Estos datos surgen del informe «Las brechas de género en la Argentina. Estado de situación y desafíos», elaborado por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de la Nación.
Según el informe, son las mujeres las que enfrentan mayores índices de informalidad (36% versus 34,2%) y de desocupación (10,8% versus 8,9%) respecto de los varones.
Esto refleja la asimetría que existe en materia laboral y visibiliza la fuerte presencia dentro de los trabajos no remunerados (tareas domésticas y de cuidados) de las mujeres.
En este sentido, el informe subraya que el 76% de las tareas domésticas no remuneradas son realizadas por mujeres.
El trabajo, realizado en base a los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC, 3er trimestre 2019), refleja que la tasa promedio de la participación de las mujeres en el mercado laboral es de 49,2%, 21 puntos porcentuales por debajo de las de los varones (71,2%).
Las mujeres, además, sufren los mayores niveles de precarización laboral, ya que ganan, en promedio, un 29% menos que sus pares varones, brecha que se amplía para las asalariadas informales, alcanzando un 35,6%.
Según datos del Indec, las mujeres que cuentan con estudios universitarios completos o incompletos tienen una tasa de actividad de 74,3%, mientras que las que poseen estudios secundarios completos muestran una participación del 55,1% y las que poseen secundario incompleto es del 35,9%.
El caso más notable es el de las jóvenes de hasta 29 años que superan el 22% de desempleo, cuando para los varones del mismo rango etario el desempleo ronda el 17,9%.
En informe dela Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género sostiene que existe una asimetría en la distribución de los trabajos no remunerados (tareas domésticas y de cuidados) que impactan de manera directa en la inserción laboral de las mujeres.
«Al tener una cantidad de tiempo disponible menor, las mujeres participan menos en el mercado de trabajo. Además, se insertan laboralmente con peores condiciones: salarios más bajos, doble jornada (paga y no paga), mayor precarización, altas tasas de desempleo, pobreza de tiempo, entre otras», advierte la dependencia que conduce Mercedes D’Alessandro.
Por otra parte, el informe asegura que se observan fenómenos de segregación horizontal («paredes de cristal») y vertical («techos de cristal»), esto es la existencia de barreras para la participación de mujeres en determinados empleos y para el acceso a puestos jerárquicos.
«Los varones constituyen el 57% del total de los ocupados. De ellos, el 8,5% de los varones tienen puestos de jefatura o dirección, mientras que este porcentaje en mujeres es del 4,7%», sostiene el trabajo.
Respecto a la segregación horizontal, el dato que se destaca es que en la Argentina, la principal ocupación de las mujeres es el servicio doméstico remunerado que representa el 16,5% del total de empleo de las mujeres ocupadas y el 21,5% de las asalariadas.
Este tipo de tarea se encuentra «extremadamente feminizadas», ya que sobre un total de 877.583 personas que se dedican al servicio doméstico, el 96,5% son mujeres.
Por último, el informe advierte que si bien en el país existe una ley que regula el trabajo en casas particulares, la mayor parte de estas trabajadoras no accede a los derechos más básicos ya que el 72,4%, con lo que estas trabajadoras «se constituyen en las más pobres de toda la economía».