Más de 100 pediatras manifestaron su preocupación por la salud de los niños, niñas y adolescentes en la Argentina debido a la interrupción de las clases presenciales como consecuencia de la pandemia de coronavirus y consideraron como un «punto fundamental» la entrega de los bolsones alimentarios en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, al criticar que se haya pospuesto esta actividad.
«Con unos 100 pediatras estamos preocupados por la salud de los niños, niñas y adolescentes de nuestra República Argentina en función de la pandemia, y la interrupción de las clases presenciales», manifestó Carolina Marotta, integrante del Comité de Pediatría Ambulatoria en la Sociedad Argentina de Pediatría.
«Nuestro pedido como pediatras es tener en cuenta que los niños necesitan no perder contacto con dos de los aspectos fundamentales de la presencialidad: el contacto con la escuela a través de la virtualidad, tanto en los contenidos pedagógicos como en los contenidos sociales, contacto con sus amigos, contacto con sus docentes, contacto con el marco escolar», explicó Marotta.
La profesional que representa a «unos 100 pediatras» sostuvo que la suspensión de las clases presenciales es una «circunstancia que va a aparecer varias veces a lo largo de este año» debido a la alta circulación del virus en «uno de los países donde más infectados por millón de habitantes hay».
Sobre este tema, la médica criticó que la entrega de bolsones alimentarios, distribuidos cada 15 días, se haya pospuesto en la ciudad de Buenos Aires. «No entendemos por qué ha sido pospuesta», aseveró.
En este sentido, sostuvo que la interrupción de la presencialidad no es motivo «para que los bolsones dejen de ser repartidos» y señaló que es importante «no diferir la entrega de los alimentos a la gente que lo necesita, sobre todo en el marco del poco trabajo que se puede realizar por el contexto pandémico».
Asimismo, la profesional apuntó a la falta de vacunación al personal docente en la Ciudad: «No quiero dejar de mencionar que los docentes, en CABA por lo menos, no están vacunados, casi ninguno de los de tercer grado para arriba y muy pocos de los de nivel inicial y primer, segundo y tercer grado con una sola dosis».
«Es fundamental que se remarque la vacunación de los docentes para que no haya transmisión de los docentes a los niños en las varias burbujas que los docentes pivotean por día», concluyó.