La primera promoción del secundario del colectivo trans ‘Mocha Celis’, única escuela de estas características en el mundo, recibió elviernes pasado, en la sede del Ministerio de Educación de la Nación, sus diplomas y medallas de finalización de estudios en un emotivo acto, en donde los estudiantes coincidieron en manifestar que «no podían creer» haber podido estudiaR en ese ámbito.
«Hablo en nombre del Estado Nacional para decirles que estamos orgullosos de que este acto se realice en este Ministerio. Es parte de la reparación que ustedes merecen. Estamos celebrando la igualdad de un Estado que los abraza y lucha contra los estereotipos», dijo el titular de la cartera educativa, Alberto Sileoni.
Virginia Silveyra, una de las flamantes egresadas, fue la abanderada del acto portando la enseña nacional, junto a dos compañeros que llevaron la whipala, emblema de la diversidad cultural y la que representa el arcoiris del orgullo LGBT.
«Jamás pensé que iba a llevar una bandera siendo trans o que iba a terminar el secundario. Es increíble, ahora, voy a estudiar derecho en la Universidad Nacional de Avellaneda», dijo la abanderada.
En medio de un clima festivo, con cánticos, aplausos y lágrimas de emoción, las y los egresados subieron al escenario para que las autoridades les entregaran sus certificados de Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunidades, luego de tres años de estudio.
A medida que bajaban del escenario, había quienes se encontraban con el abrazo conmovido familiar, como Carlos Ríos que, de la mano de su madre, remarcó «el ejemplo que somos para este país y otros países. Estoy orgulloso de ser parte de esta primera promoción y ahora tengo que decidir si estudio abogacía o traductor de idiomas».
Para su mamá, Nery, «esto es un sueño». La familia llegó a Argentina hace nueve años desde Bolivia y Carlos «siempre tuvo problemas para ser aceptado en las escuelas y en la misma familia. Entonces, cuando él vino y me dijo ‘mamá hay una escuela para gente como yo’, no lo podía creer. Incluso, vino su papá, a quien le costó mucho aceptarlo».
Otras personas eran abrazadas por familias elegidas, como Rosa, de 71 años, que hizo un año en el ‘Mocha Celis’. «Fui enfermera del hospital Muñiz, acompañé mucho a este colectivo en sus momentos de mayor dolor, y sin ser trans pude estudiar con ellas y ellos y si bien terminé mis estudios en otro lado, sigo en contacto y hoy no podía faltar».
El lanzamiento oficial del bachillerato fue el 11 de septiembre de 2011 y al año siguiente comenzaron a estudiar quienes hoy recibieron sus títulos secundarios en una escuela que, el año pasado, recibió fondos de la cartera educativa que le permitieron tener una infraestructura y mobiliarios adecuados para estudiar, espacio que pudo verse a lo largo del acto mediante videos que se proyectaron en el salón.
«Imaginamos mucho este momento y no puedo creer que estemos haciendo el acto de la primera promoción en el Ministerio de Educación. Es el Estado que nos abraza», destacó el director del colegio que lleva el nombre de una travesti que no sabía leer y escribir, por eso uno de los carteles de egresados fue el «Todos somos Mocha».
Por su parte, Morant, activista trans y directiva, destacó que «pensamos y repensamos esta escuela, sin dejar de hacer, para avanzar en el resarcimiento de la educación para las identidades trans».
También las casi 60 personas que están cursando el primero y segundo año en la institución fueron reconocidas con diplomas por el Ministerio y alentaron permanentemente a quienes egresaron.
«Pareciera ser que el colectivo trans tiene un solo destino, que es la prostitución y la calle, y no es así, tiene los mismos derechos que el resto de los argentinos de cumplir sus sueños», destacó Sileoni que invitó a las y los egresados a seguir estudiando.