Mujeres de muchos y pocos recursos económicos, conocidas, reconocidas y anónimas, todas argentinas, son las protagonistas que veinte extranjeras eligieron para hacer el libro “Mujeres Argentinas. Vidas-Retratos-Momentos”, un reflejo heterogéneo del género de este país en el que residen.
La directora Lucía Puenzo, la diseñadora María Cher, la mamá de Marita Verón, Susana Trimarco, la séxtuple campeona de paddle Cecilia Bacigalupo, la curadora Teresa Anchorena son mujeres que por diferentes motivos se han enfrentado ya a cámaras y micrófonos y son algunas de las historias que se cuentan en el libro.
Pero también hay de las otras, de esas heroínas anónimas como Lorena Sotelo, una maestra jardinera que construyó con sus ahorros un jardín de infantes en medio de Villa Independencia, o como María Marta Chame, quien convirtió su casa de Berisso en un espacio educativo para los niños del barrio.
“Para nosotras fue muy importante contar que en todos los rubros, ya sea el solidario, el artístico o el deportivo, había un espíritu por ayudar, esto se marcó una y otra vez, pero para mí como mujer extranjera era también importante mostrar que no hay una sola mujer argentina, sino que hay múltiples”, contó a Julia Napier, fotógrafa norteamericana y una de las ideólogas del libro y traductora de la publicación.
Y continuó: «Marina Regule -campeona mundial de karate- dice que a ella le da un placer enorme poder realizarse en lo que más le gusta porque hay muchas mujeres que por acompañar a sus esposos se hacen a un costado y se quedan atrapadas en los sueños de otros». «Yo creo que para la mujer es siempre más difícil porque está entre dos fuegos que quiere hacer crecer y sobre los que tiene que cocinar», añadió.
La idea de este libro surgió a partir de la experiencia Annie France Charbonneau, una comunicadora canadiense que había realizado un trabajo similar en Rumania durante 2009.
“Al llegar aquí hace siete meses comenzó a convocar a otras mujeres extranjeras escritoras, periodistas, comunicadoras, fotógrafas para hacer una investigación y enseguida todas pensamos en hacer un libro sobre las mujeres argentinas”, comentó Nicole Dunaway, una historiadora italiana que también forma parte del
grupo de escritoras. “Si yo tuviera que describir la publicación diría que es un retrato colectivo de belleza, fuerza y coraje”, afirmó Nicole.
Una vez propuesta la idea, estas veinte mujeres provenientes de la ex Unión Soviética, Estados Unidos, Italia, Turquía, Canadá, Colombia, Inglaterra, Taiwán, Holanda, Japón, Chile, Australia y Dinamarca, aportaron una lista de tres argentinas posibles a entrevistar.
“La selección de las historias finales fue intuitiva y mucho tuvo que ver con nuestras experiencias personales a la hora de hacer las entrevistas”, afirmó Annie France.
Además del compromiso, ya sea solidario o artístico, que cruza todas las mujeres reflejadas, las autoras coincidieron en que “todas ellas fueron emprendedoras en lo suyo, abrieron caminos, crearon e innovaron, y eso siempre es más difícil para la mujer que para el hombre, independientemente de su condición social”. “Si bien ya lo sabíamos, comprobamos que ser mujer es un desafío en todas las culturas y en todos los estratos sociales”, aseguró Nicole.
Y Julia aportó un ejemplo: «El caso de Teresa Anchorena, uno la ve tan linda, elegante, nacida en una clase acomodada, y sin embargo nunca fue una mujer convencional. Ella nos contaba y lo reflejamos en el libro, que su propio tío la denunció por subversiva por lo que no pudo volver a la Argentina hasta que finalizó la dictadura”.
Además de la narración de las historias de vida, otro componente del libro son las fotografías de mujeres en actividades cotidianas.
“Salimos muchos días a sacar fotos, en cualquier horario y por todos lados. Lo que tiene de mágico la cámara es que lo cotidiano se vuelve emblemático”, aseguró Julia.
Finalmente, el libro describe momentos que son relatos de experiencias de las autoras durante sus encuentros con las mujeres argentinas.
Cada historia describe el entorno actual del personaje y cuenta el recorrido de estas mujeres hasta convertirse en ese ser que hoy se presenta frente a la entrevistadora, que a su vez,
cuenta no sólo esa fase por la que es “historia” sino que la completa en toda su dimensión de mujer.
Este mismo criterio es usado a la hora de presentarse en el final del libro, donde cada una de las veinte extranjeras describe en breves líneas su origen, sus estudios, su trayectoria profesional, pero también cuentan los motivos personales de sus traslados por distintos países e incluyen los hijos que tienen.
“Cuando llegué a hacer la primera nota con Liliana Crigna y me contó cómo nació la Fundación Paz sentí una responsabilidad enorme. En un momento me sentí abrumada con las historias, porque no se trataba de un libro con lindos relatos y bellas fotos, sino que nosotras queríamos transmitir lo que fuimos sintiendo al hacerlo, reflejar a esas mujeres comprometidas, de corazones enormes que conocimos y siento que lo logramos”, concluyó Julia.