sábado, noviembre 23

SALA ALBERDI, DESOCUPACIÓN Y DESPUÉS…

Las cuatro personas que durante 90 días participaron de la toma de la sala Alberdi, situada en el sexto piso del Centro Cultural General San Martín (CCGSM), decidieron, el lunes por la madrugada, abandonar ese espacio por sus propia decisión, luego de una acusación del Gobierno porteño de usurpación y «para proteger su integridad física».

«La asamblea de la sala Alberdi decidió que ellos no tenían que ser los únicos criminalizados por el cargo de usurpación que les endilgó el gobierno de Mauricio Macri y que en todo caso fuéramos todos lo que teníamos que responder y por eso decidimos que bajaran», dijo Sol, estudiante de la Sala.

La violenta represión, que la Policía Metropolitana ejerció sobre estudiantes y docentes de este espacio cultural la tarde de 24 de marzo, forzó la salida de los ocupantes.

La estudiante de la Sala Alberdi destacó que «después de haber soportado dos represiones en la que el Gobierno de la Ciudad disparó con balas de plomo, decidimos cuidar la integridad física de los compañeros que estuvieron encerrados durante tres meses por oponerse a la privatización de la cultura».

Huilén, estudiante de arte dramático, manifestó que «sabíamos que lo que estábamos haciendo tenía un costo, pero preferimos que nos criminalicen a todos ante la intransigencia y la represión que veíamos del otro lado. Ahora nuestra prioridad es la despenalización de nuestros cuatro compañeros».

La plaza seca del Centro Cultural San Martín, en donde había unos veinte estudiantes que apoyaban la toma de la sala Alberdi, fue desalojada en forma violenta el 12 de marzo pasado por la Policía Metropolitana, en un hecho donde hubo cuatro heridos con balas de plomo, 16 con balas de goma y más de diez detenidos.

Luego, la fiscal Claudia Barcia apeló el fallo del juez de primera instancia Ricardo Tavosnanska que aseguraba que la presencia de los cuatro estudiantes en la sala no era una usurpación, sino que debía enmarcarse en un conflicto socio-cultural.

El viernes pasado la Cámara revocó el fallo del magistrado y ordenó el desalojo y la identificación de los cuatro estudiantes, pero la Defensoría de la Ciudad destacó que no podía efectuarse ningún pocedimiento porque el juez Tavosnanska tenía que resolver el modo en el que se desalojaba el lugar y se notificara a todas las partes.

El jefe de gobierno Mauricio Macri recorrió hoy la sala Alberdi y aseguró que encarará una reparación integral del lugar, mientras fuentes del gobierno porteño destacaron que pese a la ocupación no hubo daños importantes y lo que más se notaba en el lugar era el abandono y la suciedad de tantos días.

Agustín destacó que el error de gobierno porteño fue creer que «esto era una usurpación y en realidad era una toma. La causa penal que iniciaron se va a caer porque es falaz, pero nosotros vamos a seguir estando en todos los espacios, luchando contra la privatización de la cultura».

El joven remarcó además que «nadie nos obligó a estar dos años y medio en esta lucha, no queríamos este espacio para nosotros, decidimos la toma porque querían privatizar el espacio y nosotros, en este tiempo, desarrollamos expresiones artísticas y le dimos un escenario a quien quisiera expresarse».

Por otra parte, Sol contó que anoche «el ministro Hernán Lombardi nos dijo que nos iba a sacar de la sala pero que no podía dejar que hiciéramos lo que hacemos en otro lado. Y allí comprendimos que lo que querían hacer es callarnos, porque denunciamos este sistema privatizador y consumista de la cultura».

Huilén destacó, además, que «siempre quisimos el diálogo pero ahora que no estamos en la sala, sabemos que no nos darán ninguna. Nosotros somos artistas y nos seguiremos expresando contra la lógica de la criminalización de la protesta y la persecución a los que luchan».

Los estudiantes y docentes resolvieron fijar como prioridad la despenalización de sus cuatro compañeros y luego reunirse en comisiones para buscar espacios donde denunciar la criminalización y la represión a la que fueron sometidos y desarrollar un movimiento cultural «al alcance de todos».

Los estudiantes negaron haber robado elementos de la sala Alberdi y destacaron que muchos de sus parlantes o generadores no les fueron devueltos y que aún siguen confiscados.

«Era probable que dijeran que faltaban cosas de la Sala y no nos extrañaría nada que ellos mismos hicieran faltar esos elementos para acusarnos a nosotros», advirtieron.

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