viernes, noviembre 22

SIN ABANDONAR LA RESISTENCIA

por Leonardo Castillo

El escritor y periodista Mariano Pacheco se propuso rescatar del olvido las luchas que varios integrantes de la Juventud Peronista protagonizaron en el Sur del Gran Buenos Aires durante la última dictadura en «Montoneros Silvestres», libro que narra el derrotero de militantes que sobrevivieron al terrorismo de Estado sin abandonar la resistencia.
«En los años `90 cuando empecé a militar en las organizaciones sociales, escuché relatos de compañeros más grandes que modificaron la idea que tenía sobre cómo actuó la militancia durante la dictadura», señala Pacheco.
Nacido en 1980 en Quilmes, y residente actualmente en Córdoba, Pacheco se sumó al Frente Darío Santillán con poco más de 20 años y poco después abrazó el periodismo con la vocación de dar cuenta de las acciones que libraban las organizaciones sociales y piqueteras en las décadas del `90 y 2000.
Así fue como escribió «Darío Santillán, el militante que puso el cuerpo» (en coautoría con Ariel Hendler) y «De Cutral Co a Puente Pueyrredón, genealogía de los Movimientos de Trabajadores Desocupados».
Convencido de que la existencia de los movimientos de desocupados no pudo ocurrir de forma aislada en la historia, y que debía tener vasos comunicantes con otras experiencias de participación popular, Pacheco se propuso reconstruir lo sucedido con la militancia en tiempos de la dictadura cívico militar.
«La idea que tenía de la dictadura, y que compartíamos con varios de mi generación, era que en aquellos años todo había sido terror y miedo, y realmente no era así. Hubo mucha gente que puso el cuerpo y combatió como pudo al proyecto económico y social de la dictadura», afirma el autor.
Pacheco comenzó a recabar relatos en su Quilmes natal, en el territorio en el que había comenzado su actividad política y social, pero rápidamente el rastro lo llevó hacia otras localidades de la zona Sur como Lanús, Lomas de Zamora y Avellaneda.
«Después del golpe, la dictadura comienza la cacería sobre las organizaciones revolucionarias, y diezmado el ERP en los primeros meses de 1976, el accionar represivo se concentra en Montoneros. En el Gran Buenos Aires se elimina a la columna Norte, a la Oeste y a La Plata. Los sobrevivientes se repliegan entonces en la zona Sur», reseña Pacheco.
Y agrega: «A la zona Sur llegaron militantes de otras zonas del país buscando refugio, cobertura. Durante un tiempo se prosigue con la lucha armada, pero cuando se plantea la imposibilidad, comienza la resistencia y la política».
Esta resistencia a la que alude el autor se traduce en acciones gremiales, huelgas y sabotajes que tienen su naciente expresión en el paro ferroviario de 1979, el primero que sufrió la dictadura.
«No es casual que después de Malvinas haya habido en la zona experiencias de movilización popular como el lanusazo o tomas colectivas de tierras en Quilmes que protagonizaron grupos cristianos. Fue una militancia que tuvo que dejar la revolución, pero no la política», remarca.
Narrado con un estilo directo y ágil, «Montoneros Silvestres» es un relato que se estructura en tres etapas: Del golpe al Mundial; De la Contraofensiva a Malvinas; y Resistencia y apertura electoral.
Pacheco sostiene que en estas acciones estuvo el germen del movimiento de Intransigencia y Liberación, una expresión de la izquierda peronista que surgió tras la apertura electoral de 1983.
«Se trató de una generación de luchadores que creció sola, sin cuidados, pero se fortaleció y maduró sólida, curtida ante las inclemencias, como hacen las plantas silvestres», explica el escritor en relación a la metáfora que eligió para titular su obra.

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